martes, 2 de septiembre de 2014

EL FARA-FARA

Nadie conoce con certeza quién acuñó el término “fara-fara”, pero los que habitamos Coahuila, Nuevo León o Tamaulipas, y somos de cepa, al escuchar estas dos sílabas que se repiten sabemos que se refieren a un conjunto musical compuesto de acordeón y bajo sexto.
Ayer, dentro del Encuentro con la Música Norteña fui parte integrante de un coloquio en el que se intercambiaron ideas y experiencias con el propósito de puntualizar la problemática que tiene la música norteña de México.
Los convocantes, con el patrocinio de CONARTE, que es el brazo cultural del gobierno estatal, fueron artistas e investigadores del tema, todos ellos amigos entrañables como los esposos José Garza y Luisa Fernanda Patrón y la investigadora e intérprete Marilú Treviño.
La idea fuerza del coloquio fue dilucidar el valor patrimonial de la música de raíz. Este tema me resulta trascendente pues desde inicio de los años ochenta del siglo anterior fui un convencido de la importancia del patrimonio cultural intangible que representan las polkas, redovas, mazurcas, chotises, huapangos, valses y corridos populares que se acompañan con acordeón como base melódica.
Los Madrugadores
Los Donneños
Hay constancia histórica sobre un soldado norteamericano que en 1847 tocó acordeón en la Plaza de Armas de Monterrey en la parte media de la Invasión Norteamericana (1846-1848). Después, con influencia francesa a través de partituras de valses, polkas y mazurcas las parejas bailaban en salones de gran pompa… o dónde se pudiera.
Ya en la primera mitad del Siglo XX, los huapangos, corridos y boleros rancheros se ejecutaban por sencillos músicos en las cantinas aunque ya existían conjuntos como “Los Madrugadores”, que fueron precursores en el mercado de la grabación de fonogramas. Luego destacaron “Los Donneños” dueto formado por los nuevoleoneses Mario Montes y Ramiro Cavazos quienes grabaron en la Unión Americana sus primeros éxitos y luego tuvieron su propia compañía disquera.
Carlos y José
Los conjuntos pioneros de la música norestense se nutrieron de temas musicales como “La Varsoviana” que es un chotis que entonaba mi abuela materna y que le había enseñado su madre marinense. Justamente en Marín Nuevo León el dueto de “Los Diositos” rescató la canción ranchera “El Chubasco” que luego interpretaron e hicieran famosa, “Carlos y José”.
Antes en México, “Los Alegres de Terán” incursionaban con éxito en el gusto de la población siendo un conjunto que fue parte aguas para otros grupos como “Carlos y José” (integrado por Carlos Tierranegra Salazar y José Rodríguez), “Los Relámpagos del Norte”, (integrado por Ramón Ayala y Cornelio Reyna), “El Palomo y el Gorrión” (integrado por Cirilo y Miguel Luna Franco), “Luis y Julián” (integrado por los hermanos José Luis y Julián Garza Arredondo), aunque había destacados solistas como Pedro Yerena, Juan Salazar, Lorenzo de Monteclaro y Chuy Rodríguez. A todos ellos los conocí y les aprecié.
Para que el fenómeno de la música de conjunto se consolidara surgieron disqueras en territorio de ambas fronteras y estaciones de radio como la XEFB, la XEH, y la XEOK que promovían el contenido de los acetatos en programas especiales como lo fue “Arriba el Norte” dedicado a “Los Alegres de Terán”. Luego surgieron representantes artísticos, algunos de ellos vivales que se aprovecharon de la ignorancia y cuna humilde de los músicos, que ofertaban sus actuaciones haciéndose millonarios. Entre 1960 y 1980 se comercializó la música norteña y de 1980 al 2000 fue su boom.
En la última década la industria discográfica se vino abajo. Un poco antes había empezado a disminuir la calidad artística de los conjuntos y grupos musicales pues sólo se daban a conocer en la radio las producciones de quienes daban la llamada “payola” -la corrupción seduce y reduce-; los derechos de autor de diluyeron con la presencia de la piratería y ahora con las redes sociales, cualquier persona puede tener acceso a la música de su preferencia.
Pero esta manera de comunicación global es la que puede permitir que la música norteña con nuevos elementos identitarios sobreviva siempre y cuando sus seguidores desarrollen por ella un verdadero sentido de pertenencia.


Carlos Gómez

LOS OBSERVATORIOS CIUDADANOS

Un síntoma claro de la importancia de la ciudadanización de los procesos sociales, y de la vigilancia de la eficacia de las autoridades de los tres niveles de gobierno en materia de gobernanza, transparencia y medio ambiente, es el establecimiento de observatorios ciudadanos.
Uno de los grandes temas medioambientales es la calidad del aire que respiramos quienes vivimos en ciudades.
En la mañana del viernes pasado transitando por la autopista de Saltillo a Monterrey, a partir del lugar en que se encuentran ocho gigantescos molinos eólicos observé un cambio drástico en el aspecto visual de la atmósfera: De un cielo límpido y azul, a un cielo grisáceo. Prácticamente se oscureció mi visión.
Ese mismo viernes ya en Monterrey, desde el piso treinta y uno del edificio de la Torre Administrativa en el que se concentran algunas dependencias del gobierno estatal, observé con claridad la nata de contaminación que cubre la atmósfera del área metropolitana. Estando en ese mismo edificio caí en la cuenta del aire artificial que estaba respirando. Una doble “ración” de aire de dudosa calidad el que muchas personas citadinas tenemos que respirar cotidianamente.
La contaminación atmosférica está afectando la salud de los habitantes de la metrópoli, reducir dicha contaminación es una tarea compleja que requiere de acciones coordinadas principalmente por parte de las autoridades involucradas.
Es aún incipiente la participación organizada de ciudadanos en la resolución de los problemas medio ambientales que nos aquejan. En el pasado se habían realizado diferentes esfuerzos ciudadanos en torno al tema pero tuvieron poco impacto por ello se estableció el 16 de julio el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire del Área Metropolitana de Monterrey.
Su propósito es conformar una agrupación de ciudadanos e instituciones políticamente apartidistas con experiencias diversas pero transversales para observar el estado de la atmósfera del área metropolitana que hoy día es la más contaminada de México.
La agrupación buscará los mecanismos para informar de manera oportuna y veraz al resto de la ciudadanía sobre los niveles de contaminación en el aire, y si éstos rebasan la norma mundial; adicionalmente los integrantes de la agrupación harán un llamado a los organismos públicos, a los actores sociales y a los agentes económicos con el fin de promover acciones claves y eficientes para ir corrigiendo esta problemática.
Este observatorio ciudadano buscará realizar un diagnóstico de la calidad del aire del Área Metropolitana de Monterrey en el que participen representantes de las universidades locales. Se aprovechará para encontrar la línea base, información de las estaciones de monitoreo, e información de carácter académica ya existente.
La gobernanza de este observatorio ciudadano será horizontal cambiando su presidencia, secretaría técnica y vocería cada dos años. La misión y visión del observatorio se construirá con la participación de los integrantes, por cierto, una nómina de personas muy reconocidas en los campos de la ciencia, la educación ambiental, la arquitectura, el urbanismo y el derecho ambiental.
EL Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire del Área Metropolitana de Monterrey tendrá reuniones públicas cada trimestre para informar sobre la mejoría o enrarecimiento del aire informando sobre sus efectos en la salud. Propondrá iniciativas de ley, recomendará mejores prácticas de consumo y producción, y evaluará la actuación de las autoridades responsables de la materia. Hará política ciudadana pero nunca se sumará a plataformas partidistas, esta será una condición indiscutible en el actuar de este observatorio.
El norte
El porvenir
Periódico abc
Milenio

Carlos Gómez

MI ABUELO VILLISTA

Imagen tomada de zacateks.com
A finales de julio o inicio de agosto se llevó a cabo en la ciudad de Zacatecas el XXXVII Congreso de Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas en el marco del Centenario de la Toma de Zacatecas. Estuve allí por poco tiempo pero la breve estancia bastó para recordar a mi abuelo paterno, Apolonio Gómez Cortinas, quien el 23 de junio de 1914 participó en la toma militar de esta ciudad que estaba en manos de las fuerzas huertistas.

Nacido en 1892 en Parras de la Fuente Coahuila, Apolonio era un joven de 21 años de edad cuando inspirado en los ideales de don Francisco I. Madero, recién victimado en los acontecimientos de la Decena Trágica, se unió a Francisco Villa como parte de la División del Norte durante tres años hasta que se extinguió el ejército villista. El primer combate importante en el que participó fue en 1913 en la primera Toma de Torreón, y en la segunda toma de esta plaza en 1914. En la Toma de Saltillo, en la batalla de Paredón, en junio de 1914 en la Toma de Zacatecas y en 1915, en las batallas de Celaya, entre muchas otras. Bajo las órdenes del General Eugenio Aguirre Benavides en la Brigada Zaragoza, mi abuelo ascendió de cabo hasta el grado de teniente coronel al frente de un escuadrón de caballería compuesto de 500 soldados con máuser en mano.

Fue hasta mi adolescencia cuando conocí a mi abuelo Apolonio. Era alto, de cuerpo delgado y esmirriado, de cejas pobladas y nariz aguileña. Entonces le hice una entrevista. Lo volví a ver cuando estaba iniciando mis estudios de la carrera de economía.

Apolonio, de 19 años conoció a dos personas que luego tuvieron roles protagónicos en la historia de su tiempo. Alguna vez el porfirista Francisco Cárdenas, en Parras de la Fuente, le pidió que llevara un documento a Juan Andreu Almazán, a quien encontró jugando boliche en el Hotel México. Tiempo después, Cárdenas fue el autor material de la muerte de don Francisco Madero, y Andreu pasó de ser maderista, a huertista, a villista y hasta zapatista, enriqueciéndose luego de culminar la revolución mexicana con contratos gubernamentales logrados por sus buenas conexiones. Fue candidato presidencial en 1939.

Mi abuelo quien contaba con educación, pues su madre había sido institutriz, escuchó a Villa comentando entre sus “muchachitos” la razón por la que dejó de llamarse Doroteo Arango cuando defendió el honor de su hermana que luchaba junto con su madre para no ser llevada por el hijo del patrón; al que le disparó con una carabina para luego huir

En la última de las batallas de Celaya en 1915, Apolonio Gómez fue alcanzado por Villa quien le preguntó. -¿Cuánto parque traes? ¡Veinte cartuchos mi general!, le contestó. Villa le dijo: ¡Aquí tienes sesenta más! Con ochenta cartuchos no podremos ganar, le replicó mi abuelo observando que ya habían llegado refuerzos de los federales.

¡Con eso hay para tomar la plaza! Villa estaba acostumbrado a ganar pero esta vez perdió pues las balas que le habían vendido caían antes de llegar a los objetivos porque contenían pólvora húmeda y eso era algo que sabían los carrancistas.

En ese combate le mataron su caballo a mi abuelo y le gritó ¡cobarde! a un general villista que huía y que antes le había dicho que los cobardes no abandonaban el campo de batalla.

Terminada la revolución, Villa, otra vez como bandolero, cruzó la frontera de los Estados Unidos incendiando el pueblo de Columbus Nuevo México en marzo de 1916. Mi abuelo partió también al vecino país del norte con su esposa Cleotilde a la que había raptado en Irapuato, Guanajuato con ayuda de soldados en 1914, para darse una tregua. Regresando a su patria trabajó en Ferrocarriles de México diseñando puentes. 

En el final de su vida adquirió una librería que estaba en bancarrota sobre la Calle Hidalgo frente al Hemiciclo de Juárez en la ciudad de México escribiendo artículos para prensa sobre hechos históricos sobre la Revolución Mexicana. Nunca regresó al Rancho de San Isidro en Parras de la Fuente, propiedad de su padre. Pensó que esas tierras las necesitaban más que él y sus hermanos, las familias que se las habían apropiado.

Recuerdo que me compartió con emoción el mes que estuvo destacado en las afueras de Zacatecas antes de ser tomada por los villistas. Esta justa militar marcó el fin del usurpador Victoriano Huerta y ahora que estuve en esa ciudad, pensé en los héroes anónimos como mi abuelo que participaron en la construcción de la democracia participativa en México.

Carlos Gómez

jueves, 31 de julio de 2014

LA NECESIDAD DE VELAR POR EL MEDIO AMBIENTE

Hace un poco más de una semana visité Marín Nuevo León, municipio entrañable porque de allí proceden parte de mis ancestros por línea materna.

En 1684 el Capitán José Martínez Flores, llegado con su familia de Santiago del Saltillo establece la Hacienda de San Antonio de los Martínez. Por su apellido Flores el capitán descendía de Martín Flores, uno de los acompañantes de Agustín Carvajal y de la Cueva, primer colonizador europeo del actual territorio comprendido en el noreste mexicano que luego fue juzgado por judaizante por la Santa Inquisición.

Investigaciones acuciosas que hiciera el historiador don Eugenio del Hoyo dieron a conocer que la mayor parte de las personas con las que llegó a tierras americanas Carvajal y de la Cueva eran sefarditas. La Hacienda de San Antonio de los Martínez ha sido caso de estudio para los expertos en el tema de los cripto-judíos.

Al oriente de lo que ahora es Marín se localiza el municipio de Higueras, que alguna vez fue conocido como la Hacienda de Santa Teresa de las Higueras establecida en 1714 por el Capitán Diego González, también con presencia de habitantes de ascendencia sefardí.

Ambos municipios se han mantenido hasta el momento salvaguardados de los intereses de los fraccionadores que ya en los municipios de General Zuazua y Pesquería han ganado sumas millonarias por la venta de miles de pequeñas casas que han roto con el diálogo entre el paisaje y la arquitectura, propiciando la dilución del patrimonio de identidad cultural y graves problemas de infraestructura urbana.

Los presidentes municipales de las últimas administraciones y sus cabildos en Marín e Higueras han sido sensatos y comprendido que la vida lenta de las poblaciones menores a diez mil habitantes es sinónimo de calidad.  

Aunque la microrregión de la que forman parte podría parecer pobre en ecosistemas, hay una gran riqueza en materia de flora y fauna. En la Sierra de Picachos existe el oso negro en abundancia, el ocelote, el puma, ¡el jaguar y hasta el lobo gris mexicano!…El orégano silvestre, común en esta sierra, es el mejor del mundo y en ella se encuentra la segunda región de cactáceas de México.
Ahora estas poblaciones con raíces antiguas están en vilo. De acuerdo al alcalde de Higueras, Rafael González Martínez, desde que fue munícipe en la gestión 2006-2009 y ahora que preside la gestión 2012-2015, el Ayuntamiento se amparó ante la posibilidad de que una empresa estableciera una pedrera. El proceso de extracción y pulverización de rocas para producir grava, o arena mermaría la belleza de la sierra antes referida pero además ocasionaría problemas de salud a los higuerenses y la imposibilidad de mantener el encanto de la traza sencilla de sus calles y de sus casas de techos altos y zaguanes que conducen a un patio interior en el que hay limoneros, granados y desde luego, higueras.

El camino que conduce a Higueras pasa por el primer cuadro del municipio de Marín, los pesados vehículos para transportar la producción resultante de la explotación destrozarían las hasta hoy bien cuidadas avenidas y calles marinenses.

El Ayuntamiento de Higueras no es el único que se ha amparado ante los que pretenden establecer esta pedrera. La Asociación Ecológica Sierra Picachos A.C. interpuso un amparo que si es preciso llegará al Tribunal Internacional en Materia Ambiental basado en Costa Rica. Los argumentos son muchos y tienen que ver con la justicia ambiental.

La Ley Federal de Responsabilidad Ambiental es un instrumento legislativo establecido en el presente sexenio presidencial a la que se deberá recurrir para que no suceda lo que en el municipio de Cerralvo Nuevo León en el que esta misma empresa ya borró la historia de las antiguas minas de San Gregorio y afectó su Parque Nacional. Las externalidades negativas que esta pedrera causaría a Higueras, Marín y hasta al municipio de Dr. González habría que estimarlas y sopesar el beneficio privado contra el costo social de este emprendimiento para hacer lo posible por frenarlo.

Afortunadamente un buen grupo de ciudadanos, incluidos los cronistas de los municipios que podrían ser afectados están tomando cartas en el asunto pues saben que es una premisa fundamental en la historia de los pueblos, velar por el medio ambiente.

Carlos Gómez

miércoles, 30 de julio de 2014

APOLO 11: A 45 AÑOSDE LA HAZAÑA

Fotografía: tomada de Internet
El 20 de julio de 1969 el Apolo 11, misión espacial estadounidense alunizó en el satélite natural de nuestro planeta Tierra. Fueron tres hombres los que realizaron la hazaña: Neil Armstrong (líder de la misión), Buzz Aldrin y Michael Collins.

Ellos colocaron un aparato para monitorear la actividad sísmica desde la Tierra. Se habían preparado durante mucho tiempo hasta el día en que fueron lanzados en un cohete el 16 de julio de ese mismo año desde el John F. Kennedy Space Center, en la Isla Merrit de Florida.

Al día siguiente del acontecimiento se publicó la fotografía de la huella de Armstrong quien dijo: “Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”.

Recuerdo perfectamente la noticia, yo tenía nueve años y me encontraba con otros monaguillos de mi edad en el patio central de la casa adjunta al Templo de San José ubicado por la calle 15 de mayo del centro de Monterrey. Me acerque al salón donde los sacerdotes tenían su sala comedor y observé lo perplejos que estaban al ver por televisión la secuencia en la que Neil Armstrong caminó en la Luna.

Carlos “El guerroso” -como me decían en el medio de los acólitos porque había otros Carlos- preguntaba sin cesar a los presbíteros que no acertaban a contestar, cuestiones como ¿cuánto había costado el viaje? y ¿por qué no había mexicanos en el viaje?

El hermano Pancho me dijo que los Estados Unidos eran una nación poderosa, con dinero y que México no. Desde entonces me quedó claro que había diferencias económicas en el mundo y que de eso dependían las diferencias tecnológicas.

Esa luna a la que los pobladores mesoamericanos antes de la intervención extranjera vieran la imagen de un tochtli (conejo en náhuatl).

A los demás niños parecía no interesarles el evento mientras que para mí me era algo tan extraordinario lo que estaba ocurriendo, que hasta pensé que algún día podría también llegar a la luna.

El que me respondió e hizo acrecer mis preguntas fue mi padre, que aún vive manteniendo inalterable su inteligencia y su pasión por los temas siderales. Sacó unos libros de su biblioteca, me explicó el proceso anterior al alunizaje y que el esfuerzo había costado ya vidas humanas. También me aseguró que visitar la Luna, sería posible.

¿Qué ha pasado desde entonces? Ya no existe la competencia tecnológica entre lo que fuera la Unión Soviética y los Estados Unidos. Países como China e India están emergiendo como grandes potencias mientras que México ha incursionado débilmente en el campo de lo espacial.

Pese a los avances en materia astronómica, pues ya existe el telescopio robótico Hubble que ha fotografiado galaxias distantes a millones de años luz, y a la Vía Láctea en la que se encuentra nuestro sistema planetario; la mayor parte de los habitantes de nuestro planeta no hemos llegado al centro de nosotros mismos.

La lección que nos dejaron las acciones de los tripulantes del Apolo 11, así como las labores de planeación estratégica que precedieron su hazaña que hoy rememoro, es que con la tenacidad y el conocimiento, se pueden lograr grandes objetivos.

Hoy quiero ser más tenaz y deseo que haya otras personas que quieran esto tanto como yo, para alcanzar lo más profundo de nuestro ser, para reconocernos y dar un salto cuántico desde nuestras potencialidades puestas al servicio de los demás.

El confort, el conformismo y la ignorancia salen sobrando frente a la crisis civilizatoria que vivimos. Alcancémonos a nosotros mismos, para alcanzar las estrellas.

Carlos Gómez F.