jueves, 24 de abril de 2014

LA PARADOJA DE LOS ESPECULADORES

Una corredora de viviendas, -por llamarle de una manera elegante a una persona dedicada a la venta de casas habitación- me hizo un comentario sobre los perdedores y ganadores de las devaluaciones que ha sufrido el peso desde los tiempos de López Portillo.
A raíz de aquella primera gran devaluación me dijo que muchas familias perdieron sus casas y tuvieron que pasar por procesos legales en los que los bancos se quedaron con ellas y las remataron. Algunos inversionistas aprovecharon la situación y las adquirieron a precios menores a su costo. Las familias perdedoras ya habían realizado pagos con intereses de lo que pensaban sería su patrimonio. No sólo perdieron sus casas, perdieron también la autoestima. Hubo hasta suicidios de algunos afectados por la situación.
Y eso es recurrente en el marasmo de las devaluaciones en las que el gobierno central abandona el control de cambios por falta de fondos.
Los especuladores se hacen más ricos adquiriendo barato luego de las devaluaciones pero esta riqueza no significa ningún valor agregado en el producto interno bruto, simplemente las mismas propiedades cambian de dueño y de valor.
La especulación tiene dos ángulos, ninguno de ellos de carácter ético: La oscura sensación del triunfo por tener un producto que puede cambiar su precio diametralmente y por ello hay que retenerlo hasta que alcance su mayor valor; y la circunstancia de saberse vencedor de un juego construido para que haya muchos perdedores.
El futuro de la construcción de viviendas es un acertijo pues depende de factores políticos siempre cambiantes y tiene que ver con los vencedores y los vencidos en la especulación.
La paradoja de los vencedores en este contexto es que construyendo casas que luego son abandonadas o rematadas ganan pero más temprano que tarde perderán porque los potenciales compradores cada vez están más informados de las desventajas que implica el adquirir una vivienda lejana a los centros laborales y educativos.
Algunas de estas desventajas son de orden económico por los altos costos de transportación que resultan de vivir en fraccionamientos establecidos en las goteras de las áreas metropolitanas, aunque el costo social es el más grave porque la convivencia familiar se nulifica y esto provoca violencia y aviva los actos delictivos.
Observemos la cantidad de terrenos baldíos que existen en las ciudad en la que residimos cuyos propietarios esperan vender cuando estos terrenos se encarezcan por las fuerzas de mercado. Observemos en los municipios cercanos a las ciudades el abandono de las viviendas de interés social. Algo está pasando.
Frente a lo anterior se requiere que las autoridades citadinas eleven las contribuciones prediales de los dueños de terrenos baldíos y paralelamente se hace indispensable que las autoridades de municipalidades periurbanas no permitan el destrozo de su tejido social y ambiental haciéndose de la vista gorda y concediendo permisos para crear fraccionamientos gigantescos.
Los urbanistas sociales recomiendan ocupar las zonas centrales de las ciudades, aprovechando los servicios ya instalados, y construir edificaciones verticales con el esquema de altas densidades, pero la realidad es que estas áreas están al servicio de la especulación o están en el abandono lo que las hace insustentables.
Dudo que los que le apuestan a la especulación como bandera gananciosa sean realmente ganadores. No se puede ser permanentemente rico en un país de pobres. Es premisa fundamental para el desarrollo sustentable que se disminuya la brecha entre ricos y pobres.


Carlos Gómez

miércoles, 23 de abril de 2014

REQUIEM POR YOLANDA

No se requiere de grandes bolsas de dinero ni de una posición política para apoyar la transformación social. Hay personas que desde la sociedad civil y casi en el anonimato han ofrecido sus talentos, capacidades y aportaciones materiales a los demás Un ejemplo de alguien que apoyó procesos de participación social desde el ángulo de la enseñanza del arte lo fue María Yolanda Rodríguez García. No obtuvo fama, ni le interesó adquirir puestos oficiales porque se tenía así misma. Jamás aspiró a homenajes ni reconocimientos, hizo lo que creyó le correspondía y eso le permitió ser una verdadera agente de cambio.
Yolanda fue una persona transparente en su pensar, y se distinguió por tener un entusiasmo a toda prueba y una maravillosa manera de comunicarse. Se reía con fuerza como se ríen los infantes y había en ella una inocencia que te hacía recordarlos. Cuando deseaba algo, lo lograba, y si había que participar en jornadas de trabajo interminables, en faenas agotadoras a las que todos rehuían, allí estaba ella con su enorme sonrisa.
No fue fácil para una mujer nacida en 1933 luchar para ser una promotora cultural respetable porque su madre, quien tenía un apego estricto a las costumbres conservadoras de Los Ramones Nuevo León, su municipio natal, veía con malos ojos que una señorita anduviera trabajando fuera de casa. A pesar de las restricciones familiares Yolanda trabajó a favor de comunidades en condiciones de pobreza extrema llevando talleres de artes plásticas sin costo y abriéndoles nuevos horizontes a muchos niños y jóvenes a quienes trataba de manera maternal.  Sin saberlo, promovía el equilibrio social que es parte sustantiva del desarrollo sustentable, a través de los bienes de la cultura.
Apoyó causas sociales donando obras pictóricas de su autoría y pidiendo a otros artistas hacer lo mismo. Como se le reconocía por su integridad moral todos confiábamos en lo que hacía, así que cuando nos solicitaba algo, le apoyábamos sin preguntarle nada.
Estuvo al frente del Taller de Experimentación de las Artes Plásticas por veinte años coordinando a un grupo de profesores que enseñaban pintura y dibujo.
Murió Yolanda fuera de México pues ya mayor casó con un estadounidense al que también convenció para trabajar enseñando artes visuales en la comunidad chicana de San Antonio Texas. Con su muerte todos morimos un poco.
La madrugada en que se marchó por increíble que parezca, sin saber que ella estaba partiendo, no pude dormir un solo minuto. Ese mismo día por la tarde, asistiendo a la Feria del Libro que organiza la Universidad Autónoma de Nuevo León y recorriendo los estantes, me encontré con un texto en cuya portada estaba la fotografía del librero y humanista Alfredo Gracia Vicente a quien dediqué mi columna hace unas semanas. Vi su contenido y allí estaba un artículo mío en el que señalaba que Yolanda era mi hermana en espíritu, pero lo que no escribí sobre ella es que fue una cómplice cultural insustituible.
En México el derecho premial casi es inexistente por ello debemos reconocer civilmente a personas que como Yolanda muestran una generosidad sin límite con su tiempo, talentos y haberes. 

Si tenemos la oportunidad de tener cerca a alguien así hay que agradecer que no estamos solos en la celebración de la vida.
Carlos Gómez

jueves, 10 de abril de 2014

ENSEÑA POR MÉXICO
Conozco programas de liderazgo que se ofrecen en nuestro país para promover la mejora del tejido social de las comunidades emergentes, pero casi todos están desconectados del mundo real. Es clara la necesidad que tiene México de líderes que incidan a favor de la reconversión social y que intervengan en polígonos de pobreza con metodología y enfoque para elevar la perspectiva de vida de grupos estudiantiles que presenten rezagos educativos. 
En municipalidades de la ruralidad mexicana es común que los mentores de educación básica no radiquen en el lugar en el que imparten clases lo que imposibilita una cercanía con el educando en su hábitat.
Cuando estos educandos crecen y cursan estudios de preparatoria, carecen de una estructura de pensamiento crítico y de capacidades de comunicación verbal y escrita que les imposibilita tener características diferenciadoras para ser contratados en el mercado de trabajo y entonces los jóvenes de la ruralidad, tienen pocas posibilidades de competir con jóvenes de áreas urbanas que tuvieron carencias educativas menores.
Me alienta que en medio de tanta desazón en el ámbito formal de lo educativo, esté incursionando ya en Puebla y próximamente en Nuevo León el programa “Enseña por México que sigue el modelo del programa Teach for America que tiene ya una historia de éxito de veinticuatro años. Espero que pronto entidades federativas como Coahuila y Veracruz cuenten con este programa.
Este programa pretende reforzar las asignaturas de inglés y computación en educandos con rezago educativo a través de recién egresados de universidades que tengan perfil social y competencias como la perseverancia, firmeza de carácter, compromiso y constancia.
El coordinador de este programa y una PEM –como se conoce a los facilitadores de “Enseña por México”- , presentaron a representantes de fundaciones, instituciones educativas y gobiernos así como a empresarios, el propósito del programa y las fuentes de financiamiento para que pueda ser posible. En Puebla ya ha beneficiado a 10172 estudiantes de telesecundaria y preparatoria.
Dentro de la fórmula de la financiación del programa hay un aporte económico que debe hacer el gobierno local para realizar los pagos mensuales a los PEM´s. Estos líderes son seleccionados entre miles de aspirantes y se estima que antes de que concluya el presente año 350 jóvenes se insertarán en comunidades estudiantiles para provocar un cambio en su futuro.
Estos jóvenes en paralelo a su trabajo gozarán de una beca para estudios de maestría y seguramente luego de dos años de gestión social se incorporarán exitosamente en alguna empresa.
Considero que esta nueva iniciativa educativa está vinculada con la realidad y por ello comparto la dirección de la página electrónica en la que potenciales jóvenes postulantes pueden darse oportunidad de participar en esta plataforma de transformación. www.ensenapormexico.org
Carlos Gómez Flores. 

viernes, 4 de abril de 2014

EL PACTO MUNDIAL
En el ámbito global se están propulsando desde el año 2000, con la Iniciativa Internacional de la Carta de la Tierra, principios para el buen vivir desde la perspectiva de la ética personal y comunitaria.
En el campo empresarial se presenta una plataforma compuesta de principios por demás trascendentes vinculados a la responsabilidad social. Esta plataforma es, el Pacto Mundial.
Pienso que el sector empresarial mexicano tiene una gran oportunidad ante sí. No se trata de suscribirse a una organización que certifique los estándares sociales y medioambientales logrados por la empresa de acuerdo a cánones inamovibles. No se trata de realizar pagos para recibir una etiqueta de acuerdo al cumplimiento de indicadores, ni de participar en sendas ceremonias en las que entregan  
En mi recorrer por la República Mexicana he visto edificios de corporativos empresariales que muestran con grandes caracteres que son socialmente responsables. En estos casos recuerdo la frase coloquial: Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Aunque en ocasiones coincidan con este tipo de etiqueta empresas ejemplares en materia de gestión socio ambiental.
En cambio el Pacto Mundial es un instrumento no selectivo que promueve el progreso de las empresas de cualquier dimensión sin privilegiar sólo a las más grandes a partir de un autodiagnóstico anual en el que se van escalonando los aciertos por medio de patrones de comportamiento, más que de indicadores.
En esta plataforma las empresas a través de su máxima autoridad signan un compromiso y a partir de esa fecha tienen hasta un año para directamente compartir en red su CoP (comunicación sobre el progreso) que es un informe sobre sus avances en materia de responsabilidad social. Los informes no tienen que ser largos, ni ampulosos, ni pletóricos de datos duros y fotografías. Deben ser, eso sí, informes reales que estén conectados a prácticas que potencien los derechos humanos, el cuidado y fortalecimiento del medio ambiente, y que frenen la corrupción.
La comunicación de los informes se ofrece primordialmente a los grupos de interés de la empresa que signa el Pacto Mundial pero luego son conocidos, y a veces reconocidos por quienes accedan al portal de esta plataforma.
¿Cuáles son los grupos de interés? Los que forman parte de la cadena de suministro como lo son los proveedores, distribuidores y clientes. Con antelación a estos grupos, está el equipo humano que trabaja dentro de la empresa. Al final del área de influencia de una empresa adherida al Pacto Mundial están los decisores políticos de la estructura gubernamental para incidir sobre ellos en la construcción de las políticas públicas.
El personal de una empresa debe estar en sintonía con objetivos que vayan más allá de lo relacionado a la utilidad económica y su actividad laboral debe ser justipreciada en condiciones de dignidad y de igualdad de género. Los recursos humanos de una empresa deben tener la certeza de conservar su empleo en el mediano y largo plazo.
Conocí al cuernavacense Rodolfo Sagahón coordinador en México del Pacto Mundial, programa de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial y observé que su propósito es que las empresas al final del camino de este proceso de progreso estén alineadas a los Objetivos de Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas.
Vaya que internalizar los diez principios del Pacto Mundial en concordancia con los Objetivos del Desarrollo Sustentable es hablar de compromisos mayores.
En la actualidad tienen estatus de empresas afiliadas y activas en esta plataforma 611 empresas mexicanas entre ellas FEMSA, CEMEX y CONDUCTORES MONTERREY. Mi aspiración como responsable de la Vicepresidencia de Desarrollo Sustentable y Responsabilidad Social de la CANACINTRA Nacional será impulsar entre sus socios, mayoritariamente MIPyMES, este compromiso global, que no es desamor, como diría José María Mendiola, poeta tamaulipeco recién fallecido.
Estoy seguro que el sector empresarial es capaz de apoyar la construcción de un mundo en el que la sustentabilidad ecológica y la justicia social sean condiciones normales para el ámbito laboral.

Carlos Gómez Flores